no me odies naxi porque ya no tengo miedo, amame porque te digo que:
Te Falta Carnaval
Soy Yo Habitando el ciego asombro que yace y derrama
dentro de los versos que caminando se han creado luego
para ser olvidados. Yo. Ese es quien habla.
Y digo, tengo que decirlo. Pues de no decirlo no podré seguir, enmendar el rumbo
producir el fuego enervante o el hielo. No podré hacer chispas chispitas de agua
o tierra moviéndose o sexo, sabroso, como el vino y la oliva
y a veces la carne jugosa, triste carne de tristes vacas muertas que cada día llanto
o lloro inmensamente en mi existencia mamífera
y ser un árbol en paz con la tierra y con el cielo
respirando desechos tóxicos humanos de día
pedando toda la noche ebria y el pito de ese bar
allí
Es que allí inventé unas frases que luego olvidé
Tenía que decirlo. Mirando la mesa en la que el frio viento del Este entraba por esa calle oscura
y enfriaba rápidamente la masa antigua napolitana de queso aplastado lleno de aceite. Produciendo el consuelo ante la falta de luz de unas cuadras hacía atrás: La imagen, la oscuridad de ese taxi, el malestar de ese taxista medio nazi. Ciertos recuerdos felices como los tomates de esa pizza.
Pero así. Desatando los cordones de las cosas no dichas. De la fealdad: el desplazamiento burocrático de las aclaraciones: si, dos puntos más. Yo no debería estar haciendo esto. Es contraproducente. Es de hecho, completamente contrario a lo que una estratega haría a la hora de conseguir lo que desea. Pero ¿Qué es lo que deseo? Ahora, yo, por sobre todo. Ahora. Yo, por sobre todo. Ahora yo por sobre todo deseo cantar.
Habla el que antes de ser nada, jugó como un niño con la muerte y con el fuego y siguió siendo niño. Uno que se entregó a vivir su libertad antes de que nadie se lo permitiera.
quemándose las manos y la piel, miró lo horrendo. Y en lo horrendo no tuvo miedo. Y en lo horrendo no perdió el tiempo. Vivo quedó, palpitando ahora para siempre, ya sin temor a perder. Resguardada y secreta estaba Contenida bien al fondo la delicada ciudad de la verdad,
o el puro aliento vital
de algo que a veces llamamos amor
pero no.
Son fantasmas universales
cruzando las galaxias
fuego de estrella que llega
en forma de polvo cuántico
selva de la fruta y la mosca
callejón sin salida e infinito.
Y a veces es un odio profundo. Es que es obvio hay que ser muy valiente y resistir para resguardar la delicada llama de la madre y la compasión y la belleza de la música ante todo este espectáculo violento.
Es entonces el ente y su abismo
aquello que nos atraviesa a todos cuando brillan los ojos
Como cuando las máquinas fallan e impiden el avance general de las cosas: mi programa, la computadora
Eliminó para siempre y de la Historia unas cincuenta palabras de este poema. La máquina censuró el ocurrir. Y quedan algunos recuerdos, memorias que mi barata nemotecnia no podrá recuperar.
Porque había algo como el fuego en esas palabras
Como el rio escaso de la energía entre
dos cuerpos que se frotan y se dicen suciedades
Es que en el fondo de mi cuerpo crece el musgo violento del deseo y yo me dejo empapar por él
Y en ese camino terrible y exquisito
Encuentro algo parecido a la paz, siempre justo después de acabar
En donde se puede decir, ey, que hermoso que es tu cuerpo cuando estas desnuda
Ey que hermoso es verte llegar porque llegar es llegar a algún lado
Un lado llamado nunca y no se cuanto. ENORME como pequeño es el cuark del metal y del diamante
Como un tigre de rayas amarillas, para robarle esos versos a Neruda
O como imaginarme cayendo desde la inmensa montaña que hay detrás de mi antiguo hogar
Donde vivía junto a aquellos que me hicieron, también, frotando su cuerpo y juntando el fluido mágico de lo enorme y del milagro y también del amor (repetir esta palabra es revolucionario)
Como mi cuerpo, como el cuerpo de mis padres o de los padres de todos
Libre es el que piensa sin pudor
libre es el que vive sin temor
Sin embargo. Mientras escribo. Mientras avanzo en la enormidad de este secreto vuelvo a recordar que perdí cincuenta palabras, por falta de previsión, por el fallo de un programa computacional. Y temo que algún día, todo pierda su ser, pues las bombas minarán la electricidad y es que es así
ES LA MUERTE que ronda en cada esquina y cada quien no la busca pero la encuentra.
Ante la muerte y la oscuridad y el desorden y el caos
Quisiera y es que anhelo la miel en todo momento y sin merecerla ya o mereciéndola
No puedo detenerme ni quiero
Estoy aquí para beberme la vida toda y de ella todas sus circunstancias y cada emoción la deseo para mi. Entonces, Está la flecha con esos
esos ojos puestos allí en la escena. Y están las palabras. Y también están las personas demasiado jóvenes que encuentran un “modo” de ser que les acomoda
Es la misma historia de siempre
De pronto aparece la pregunta. Una pregunta meramente retórica. Pero que busca atravesar los desiertos de la duda abierta para fijar una incertidumbre todavía más terrible, más quieta. Una pregunta cuya respuesta es Si. Si, en Rivadavia y Puan, fue allí. Allí. Pero lo que queda después de la respuesta es otra pregunta más.
Hacia que nueva desnudez nos dirige?
Qué piedras calentarán la atmósfera frente a este frío?
De todas formas no queremos detenernos aquí. Parar.
Pues de los golpes recibidos hemos aprendido el calor de lo humano
Y de los golpes la mentira, de los golpes la falsedad
El odio rápido y mojado de los que creen saber, pero no saben nada
De los que creen que en sus palabras está LA SOLUCIón, tal cual el poderoso
Lo mismo que el poder, o la vanidad, o el abuso
Solo porque las saben decir.
Es por eso que Cuando JosÉ habló y me dijo
IBA DEMASIADO BORRACHO CUANDO ME
Me golpearon por atrás, golpes cobardes de unos nazis
nacionalistas, de un amor exacerbado por la patria
El amor que hace las guerras y cree en la superioridad racial
EL mal del hombre. Los nazis me golpearon, pero eran tres, y estaban exaltados y su única ventaja, pese a todo
Era que yo estaba borracho y caminaba perdido por las calles de Boedo, entonces no vi venir los golpes, tres golpes certeros dos por cada lado de la cara: eso para derribarme. Todavía me podía parar
Estaba haciendo eso,
acalorado, entendiendo la rabia y sin actuar todavía, cuando sendas patadas, eso me dijo Ramón, Matías. Hector.
Eso me dijo, cuando dos sendas patadas hicieron retumbar mi cabeza. Pum, Pam.
Una en cada lado de la cabeza. Y eso me dolió para siempre. No por el dolor, me dolió la existencia de esas bestias
Entendí la dimensión del mal que tiene el mismo nombre que la falta de compasión:
Y decidí también, que no tendría miedo nunca más y ante el mal no respondería
- Con Mal, eso me dijo José y su candorosa alma buena
- Me acordé de Tolstoi
- De Gandhi, de Luther King
Y por otro lado recordé la violencia, la rabia desatada que se mueve dentro mío
Como un dragón insaciable que tengo que calmar a cada tanto
Ingiriendo altas cantidades de alcohol y teniendo grandes cantidades de sexo.
Por eso, es por eso que cuando cae el brillo de la noche
Y lejos en el Este, emerge de este rio sucio y veo la luz de la mañana
Y veo que en Florida todos quieren un cambio:
Y dicen, en consecuencia “cambio, Cambio, Cambio”. Callados. En cada esquina hay tres cuatro o cinco personas que están descontentas en Florida, Descontentas de verdad. Pareciera que su único
trabajo es demorar su día o las horas de sus días pidiendo el cambio “cambio, cambio” P
or eso es que cuando veo que la luz aparece en el Este. Allá, y más allá. Y entiendo que el planeta en realidad está moviéndose en espirales, no en círculos alrededor del sol, porque el sol también se mueve, me alegra pensar que otro día y ningún meteorito
Ningún enorme pedazo de piedra espacial vino a terminar nuestros días sin que lo supiésemos si quiera
- Sin que lo pudiésemos evitar. Por eso es feliz y por eso es feliz y por eso es feliz tener una oportunidad más para desnudarte, una sola oportunidad para desnudarte. Una sola oportunidad para desnudarte más.
Últimas palabras metafísicas.
Desde el fondo la repetición de las imágenes que pertenecen al uno mismo
- El movimiento y la fricción de la conciencia entre las múltiples representaciones del propio ser se traduce en una energía infinita que nada debiese envidiarle al Dios. Una energía friccional perpetua nacida de recursos infinitos
- Como los espejos sobre los espejos.
- Fuego hambriento que se come al mundo sin mover las pestañas.
- Desatando esta alegre conclusión: el verdadero límite del hombre es el tiempo, su mortalidad.
Por eso: que la duda sea una tangente y no una pared.
Más allá no hay tiempo ¿Habrá siquiera memoria?
osho de JULIA DE 2014
nota del autor: este es un poema falso.
Nota del verdadero autor: este es un poema verdadero.