Se me desvencijaron los aparatos multiformes del invento amoroso
Quise lijarle la piel con picorocos
Que se deshicieran sus escamas
Que dejara de camuflarse en las piedras
En las algas o entre los erizos
Aflojé un poco la cuerda
Para que respirara un instante
Cuando volvía
Traía casi siempre cochayuyos entre las piernas
Y sabía que el cochayuyo me daba náuseas
Hasta arquear el torso
Eliminar el asco por todos los orificios posibles
Mientras tanto leíamos
Mi lectura era vaga y difusa
Sin líneas direccionales
Como todo, mamá
Como todas mis apuestas indireccionadas
No sé apostar
No sé planear
Mi cerebro nunca aprendió a pensar
Sólo lanzamientos abismales sin objetivo determinado
Y no sé si el color era minero tipo 4 o tipo 11
O en realidad grafito 8B
Pero no
El gris no le venía demasiado
A menos de que fuesen la piedras que acarreaban las olas
Y le golpeaban la espalda negra y torcida
Como los parrilleros que tuercen la columna
Porque no se pueden las grasas deformes
Las guatas colgantes
Las ubres flácidas
Nos convertimos en ratones
Para acostumbrarnos a las trampas
A los quesos punzantes
A las longanizas rellenas de estiércol
O gotarios de cianuro.
Cuando decidí avanzar
Había manadas de rinocerontes sin piel
Como esos gatos feos y caros
De no sé qué raza
Que no sé por qué
Le gustan tanto a la gente que tiene mucho dinero
A veces famosa
Si yo fuera famosa
Tendría quizás animales arrugados en los bolsillos (perdón, en la cartera)
Pero escogí la vida de las pulgas de mar
Entre el agua y la tierra
Sin necesidad de decisiones innecesarias
Porque además los huesos de los amigos muertos
Y otros residuos humanos deshidratados
O híperhidratados
Son consumidos por larvas hambrientas
Y algunas noches se me metieron en las orejas
Haciéndome polvo con sus revelaciones silenciosas.
Las leches del mundo se vuelven ignorantes
O sabias y transparentes
Ingenua dispersión de óvulos desorientados
Lechecitas calmas
Me hacen dormir
Liviana de sueños
Sin extraterrestres ni abandonos
O encuentros fortuitamente desafortunados
Santos sanes panes amasados
Tibiecitas migas gordas
Animita aislada de carretera sin concesión
Oh, conviértenos en vacas salvajes
No permitas la identificación pueril con personajes ficticios
O reales ficcionados
Me a – a – a – perplejan tantas coincidencias
Literarias verdaderas
Y literarias pedantes
(prueba de cámara 4)
(corte de la escena en el desenlace)
-me embutí como pude
Los pudores de los nuevos troncos muertos-
No-deber-haber-deber-querido-deber-hacerse el muerto
Pero igual lo hice
Ocultando la cola erizada
No entre las piernas, dentro de la médula espinal
Trampa 2: la consumió toda
Como si fuese leche materna
Alimento de vida o muerte
Tuve tubos tiernos y vírgenes dentro de la garganta
Mientras no me funcionaba el órgano por sí solo
Mientras el instrumentista fallaba unos acordes necesarios
Y con eso me desabasteció el cuerpo
Me tuve que quedar quietecita con los tubos
Trampa 3: acumulación de quietudes
Escasez de movimientos voluntarios
Perdóname padre
Perdóname madre
Perdón por el a m e
El der(r)-ame
Innecesario
Incoherente
(co)herencia de enfermedades raras o inventadas
A veces inexistentes
Colección de aneurismas en la aorta
Disección de la aorta
En vano
Vanidades nuevas
Debieron dispersarse los inmaculados aneurismas
Pero insistentes, obscenos globos hinchados de sangre
Ejercían presión colectiva
Como si no bastara con los ismos
Se mantenían abiertos
De piernas abiertas
Al revés de las gallinas degolladas
Tercos los pollos
Se acercan a la insensatez más cabría
Hasta me transformaban algunas veces en cabra
En carnívoro animal despiadado
Tal vez
Pero protegí mis infinitas aortas malformadas
De los linces sedientos
Sedientos no sangrientos de sangres sedosas
Sin trombos inmóviles
Un poco tibia
La mía lamentablemente hervía
Cual cría vulnerable y torpe
Escondida o abandonada entre los arbustos
En las plazas
En los tachos de basura
En los paraderos quemados
Por suerte todo es ficción